Imagen de uno de los accesos de la estación de Gran Vía. Fotografía del autor.
En el siguiente artículo, nos gustaría realizar una opinión sobre un acto que llevo la empresa Metro de Madrid durante el periodo 2012-2014: el cierre de los vestíbulos de las estaciones. Es por ello, que nos gustaría realizar un pequeño análisis y valorar lo que supuso esta acción para la compañía y las repercusiones que tuvieron. Una acción, que como comprobaremos, fue revocada.
En el año 2012, concretamente en el mes de agosto, la compañía metropolitana comenzaba a aplicar una nueva política de ahorro energético en sus estaciones. Esta nueva política llevaba consigo el cierre de algunos vestíbulos de varias estaciones de la red. Los habituales viajeros de estas paradas, vieron como sus entradas se clausuraban y solamente se dejaban algunas entradas para acceder a las instalaciones. Un problema bastante importante para los viajeros.
La compañía Metro de Madrid argumentaba que el cierre de estos vestíbulos se produciría en zonas donde no hubiese ningún personal presente, siendo todos ellos mecanizados y controlados desde los centros de control existentes en la red. Asimismo, la misma empresa apostillaba que la demanda de estos accesos era inferior a las que existen en otros accesos, siendo un gasto bastante alto para el correcto funcionamiento de la red. Los datos que se manejaban eran de un gasto, por vestíbulo, de 60.000 euros anuales para las cuentas de explotación del servicio. Con este cierre, Metro de Madrid esperaba poder ahorrar unos 150 millones de euros con el cierre de estos accesos.
Los primeros vestíbulos en cerrarse fueron los de las estaciones de Arturo Soria (Ulises), Iglesia (Sagunto), El Capricho (Pinos de Osuna), Cruz del Rayo (dos accesos en Príncipe de Vergara), Valdezarza (dos accesos), Sierra de Guadalupe (Universidad), Tirso de Molina (Magdalena), Conde de Casal (Doctor Esquerdo), Lista (Don Ramón de la Cruz), Vistalegre (Oca), Pío XII (Manuel Montilla), Valdebernardo (vestíbulo sur) y Concha Espina. Al cabo de unos días, se cerrarían otros seis vestíbulos más en las estaciones de Embajadores, Antón Martín, Nueva Numancia, Guzmán el Bueno, Velázquez y Ciudad Lineal. Estas acciones por parte de Metro de Madrid tuvieron fuertes repercusiones entre los usuarios, los cuales no entendían dicho cierre y pedían la apertura inmediata de ellos. Durante el año 2013, se produjeron bastante quejas sobre esta acción. Uno de los casos de protesta más conocidos fue por parte de los vecinos de Valdebernardo, situado en el distrito de Vicálvaro, los cuales realizaron movilizaciones para pedir la apertura de este vestíbulo de importancia para ellos.
Sin embargo, la espera finalizaría en el año 2014. En el mes de abril, Metro de Madrid anunciaría la apertura de los vestíbulos cerrados en las estaciones de Valdebernardo, Nueva Numancia y Vista Alegre. Estas aperturas se harían debido al aumento de la demanda que tenía la red de Metro de Madrid, siendo necesaria la apertura al público de esta infraestructura de tránsito de pasajeros. En el mes de mayo, el vestíbulo cerrado en la estación de Valdezarza sería abierto. Mientras, el 18 de agosto se produciría la apertura del vestíbulo de la estación de El Capricho, y en el mes de noviembre se produciría la apertura en los vestíbulos de de Velázquez y Lista.
En el mes de diciembre de 2014, se abrirían todos los vestíbulos cerrados, siendo primero el de Conde de Casal. Las estaciones de Arturo Soria, Concha Espina, Cruz del Rayo, Embajadores, Guzmán el Bueno, Iglesias, Pío XII, Ríos Rosas, Sierra de Guadalupe y Tirso de Molina; vieron como sus vestíbulos se abrirían poco a poco y el tráfico de pasajeros volvía a la normalidad. La empresa Metro de Madrid seguía manteniendo la idea del aumento de pasajeros en las estaciones y por ser un ahorro de 2 millones de euros, siendo inferior a lo previsto por las cifras iniciales.
El cierre de los vestíbulos no fue una de las buenas ideas que tuvo tanto Metro de Madrid como la Comunidad de Madrid a la hora de ahorrar gastos innecesarios en las cuentas anuales de la Compañía Metropolitana. Los accesos a las estaciones son importantísimos para muchas personas, ya que disponer de un elemento que conecte la estación con dos aceras de una avenida o distas calles entre sí, supone un ahorro de tiempo para miles de viajeros que usan día tras día una estación. La accesibilidad a las estaciones es importante para todas las personas, ya que los problemas de movilidad en muchos casos no solamente se basan en la colocación de ascensores o elementos que salven las escaleras de peldaños, sino que también debe convivir con la construcción de varios accesos que hagan más fácil los movimientos en los viajes.
Por otro lado, el ahorro de este cierre no fue lo esperado por Metro de Madrid. En cierta medida, es debido a que dichos vestíbulos disponían de todos los elementos funcionales activados, siendo un gasto energético importante. La Compañía se escudaba en que había que mantener la seguridad en ellos a pesar de que estuviesen clausurados a los pasajeros y era una forma de disponer de una salida de emergencia en caso de ser necesario. Unas medidas que muchas personas en su momento no podíamos entender, a pesar de que la funcionalidad de estos tramos era continua en la jornada del servicio ferroviario.
Para concluir este articulo, nos gustaría decir que la idea de cerrar accesos no es nada beneficiosa para los usuarios, siempre y cuando se realicen una reforma en la estación que haga que sea necesario. Los cierres de vestíbulos son siempre un problema a la movilidad de muchas personas, las cuales disponen de mayor facilidad para llegar a su destino, descongestionando la superficie y evitando que el atractivo de usar el transporte público decaiga por la distancia a este. Una serie de problemas que nos ha parecido interesante tratar y observar cómo un cierre puede probar tantos problemas.
Deja una respuesta