Imagen del carril Bus-VAO de al autovía del Noroeste (A-6) en el acceso a Madrid. Fotografía del autor.
No hace mucho tiempo observé un debate sobre el uso masivo del automóvil para moverse del hogar al trabajo, momento donde mayor afluencia de movilidad por automóvil se registra en nuestras carreteras. En dicho debate objetaban los costes que posee un automóvil, los cuales son superiores al que el transporte público ofrece. Dentro de este debate, he querido establecer una pequeña reflexión sobre este problema de movilidad.
El vehículo como opción para la movilidad.
El vehículo siempre ha sido una de las opciones para moverse desde nuestras casas al trabajo o a puntos de ocio. Normalmente siempre se ha establecido la idea de libertad de movimiento acompañada de un vehículo privado. ¿Qué mejor forma de moverse con un elemento móvil a tú disposición?, creemos que ninguna. Debido a esa sensación de libertad, muchos establecen una relación de movimiento continuo entre los trabajos y los distintos hogares.
Muchos de los usuarios que utilizan el vehículo privado lo hacen por razones económicas, debido al abaratamiento de ciertos carburantes y porque los tiempos de recorrido suelen ser inferiores a los que se realizan en transporte público. Una de las razones de peso en la movilidad de muchas personas, que prefieren optar un medio más rápido y que permita un mayor tiempo libre. En este punto se recrimina al transporte público por no llegar a ciertos puntos, lo que hace mucho más atractivo el uso del vehículo para moverse.
Sin embargo, la libertad de movimiento conlleva unos gastos importantes que debemos tener en cuenta. Poder calcular los costes de un vehículo es difícil, debido a que siempre existen variaciones en cuanto a los costes mantenimiento que le dediquemos al vehículo, sí nuestro vehículo es propenso a averías o no lo es, sí nuestro vehículo debemos pagar por estacionarlo o simplemente no pagamos, el coste del carburante dependiendo de sí es gasóleo, gasolina u otros carburantes (GNL-GLP). Aunque el precio de un vehículo parezca estático, los costes de mantenimiento e impuestos desde distintos organismos suelen hacer que nuestro vehículo sea bastante más caro sí no realizamos un mínimo de kilómetros anuales. Números que la mayoría de nuestros vehículos no llegan a realizar.
No solamente de costes económicos tenemos que hablar, sino también medioambientales. Un vehículo es bastante contaminante, tanto en materiales de construcción como en gases producidos por la quema de combustible. Aunque los costes medioambientales de su producción son elevados, los gases de efecto invernadero durante el movimiento de ellos son bastante notorios, representando más del 80% de las emisiones de la atmosfera. Aunque estos se reducirían compartiendo el vehículo con dos o más personas en su interior, lo cierto es que los que poseen un vehículo normalmente van solos durante su trayecto, haciendo que las emisiones por persona sean muy superiores.
El transporte público como opción para la movilidad.
El transporte público es el sistema barajado por parte de la población que desean moverse y que normalmente no disponen de un medio de transporte privado alternativo o bien es una de las mejores opciones para poder moverse. El transporte público gana en la ventaja de que pueden llevar a bastantes personas, en una misma unidad o vehículo, de forma más fácil que trasladándonos con un vehículo. Principalmente debido a que no tienes que aparcar el vehículo después del viaje. Del mismo modo, al tener un mayor número de ocupantes, las emisiones del vehículo/pasajero son ínfimas en comparación con el vehículo, debido a que
Otro de los puntos que tiene el transporte público a su favor es que el coste de transporte es mucho más barato para las personas. Sí usamos más el transporte a lo largo del mes y utilizamos un tipo de abono transportes, el coste unitario que hagamos de un viaje nos saldrá mucho más barato que el coste de carburante de nuestro vehículo. Ventajas del transporte es que el usuario mientras está de viaje puede dedicarse a leer, trabajar o simplemente realizar cualquier opción de entretenimiento que desee, debido a que no tiene que tener pendiente de las situaciones del trafico, otra persona conduce por él.
No obstante, la mayoría de la población a pesar de algunas ventajas que posee el transporte público, el problema radica en la cantidad de transbordos que muchas personas han de realizar y el problema de los horarios del servicio; los cuales en muchos casos no se adaptan a las exigencias que la movilidad necesita.
Las Administraciones: un culpable de la movilidad.
El transporte público y el vehículo privado se podría decir que “nunca se han llevado bien entre sí”. Las administraciones y organismos siempre se han centrado en establecer y premiar a un modo, frente a otros modos de transporte. El espacio de las ciudades, y la dispersión urbana en zonas periféricas y poblacionales; ha permitido que el vehículo privado obtenga ventaja frente al transporte público. Es notorio ver que cuanto más lejos abandonemos el Área Metropolitana, los horarios y servicios de transporte merman, estableciendo horarios muy concretos y que no concuerdan con la movilidad.
Las grandes ciudades poseen problemas en cuanto al espacio, pero poseen un buen sistema de transporte en su interior. Paradas cercanas de autobuses, ferrocarriles y trenes ligeros permiten que la movilidad en el interior de las ciudades sea fácil y sencilla, donde los vecinos no dependen tanto del vehículo para moverse, ya que poseen grandes facilidades para encontrar una parada de distintos transportes.
La radialidad del transporte ha influido bastante en los problemas del transporte público en aéreas periféricas de Madrid y su influencia. Este sistema radial, está dejando huecos vacios de conexiones entre corredores o en casos muy concretos, entre poblaciones muy cercanas. La falta de esa movilidad, centrada en un exhaustivo control de los costes y del número de pasajeros. Creo que el sistema de autobuses de la Comunidad ha ido descendiendo poco a poco, dejando muchas zonas que anteriormente tenían una conexión de autobús interurbano o de ferrocarril, pasen a depender del automóvil como medio.
La disposición de cada medio de transporte en la movilidad.
La movilidad no debe ser siempre establecer un modelo único para el transporte: la combinación de sistemas privados y públicos es una garantía de facilidad. El vehículo privado siempre se puede escoger con raciocinio y a ser posible con dos personas en su interior; con ello reduciremos el índice de contaminación de la atmosfera. Pero no debemos abusar de nuestro vehículo para ir del punto A al punto B, hay que jugar con el transporte público también.
La intermodalidad es una de las acciones que se deben mejorar y fomentar entre la población. El transporte público es efectivo en muchas líneas de transporte de la Comunidad, pero pierde eficiencia en cuanto nos alejamos de la ciudad y de su influencia. Es por ello, que la movilidad más sostenible es la que combina el transporte público para moverse por la ciudad o en zonas del Área Metropolitana, y usar el vehículo privado para trasladarnos a zonas alejadas de la Comunidad.
Por otro lado, los organismos y administraciones han de velar que la intermodalidad sea efectiva y permita que se den todas las conexiones más amplias para moverse por toda la Comunidad. A día de hoy, hay zonas que necesitan conectarse entre sí y que se garantice que exista otra forma de moverse que no sea con el vehículo privado. Garantizando sistemas de líneas a la demanda o bien servicios acordes con la mayor demanda existente entre las poblaciones, garantizaría una mejor movilidad en zonas de la Comunidad de Madrid.
En nuestras manos queda elegir bien el tipo de movilidad que queremos e intentar ser racionales con nuestros movimientos en transporte. La intermodalidad entre transportes es una de las ideas básicas para ganar tiempo, y beneficiarnos también de un ahorro en contaminación y en economía.
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